Primer Congreso de Arbolado Urbano

Primer Congreso de Arbolado Urbano
24 al 27 de agosto de 2011

viernes, 19 de marzo de 2010

Proponen instalar parques armables para recuperar áreas verdes




Fundación Mi Parque lanzó iniciativa que consiste en instalar espacios públicos preensamblados en zonas más afectadas por el terremoto. Pack viene hasta con árboles.
La Tercera 17 /03/2010
Poder recrearse, recibir distintos tipos de servicios, intercambiar algunos productos y compartir con el resto de la comunidad son uno de los propósitos de la propuesta de la Fundación Mi Parque, que en cerca de mil metros cuadrados busca recuperar espacios públicos destruidos en las zonas que resultaron dañadas por el terremoto del pasado 27 de febrero.

¿Cómo? Instalando parques armables que permitan reunir en una zona a la gente que perdió sus casas, brindándoles la posibilidad de protección, alimentación e información.

No es todo: la propuesta permite que la plaza sea transportada en un solo camión, que trasladaría el contenedor, una estructura techada, arcos de fúltbol, bancas, árboles y hasta postes de iluminación, entre otros.

El parque contempla una zona de recreación, en la que hay juegos infantiles y máquinas de ejercicios para los adultos, un sector de servicios hecho a base de contenedores -en ellos se encontrarían las bodegas, baños, cocina y teléfonos públicos, entre otros- y un área colectiva techada, en la cual la gente se podría juntar a practicar deportes.

Para el director de la institución y uno de los creativos de la idea, Martín Andrade, "lo que se puede ver es cómo un espacio público, ya sea uno existente que fue de alguna manera dañado y en ciertos aspectos pueda ser reconstituido, podrá ser rediseñado y poder jugar ese rol. Ir recuperando cívicamente esa ciudad".

Agregó que también se podrán instalar estos parques en zonas cercanas a las mediaguas.

El costo de la instalación de una de estas plazas varía entre 25 millones y 30 millones de pesos. Según Andrade, a pesar de que esta es una idea para el momento de emergencia, "en las ciudades más consolidadas puedan implementarse y quedarse ahí. Los contenedores se pueden sacar, pero lo que es iluminación y otras cosas son inversiones que van a quedar dentro de esos espacios".

La posibilidad de nuestras ciudades

Estamos creando ciudades monótonas, carentes de sentido, y con un antisistema que produce un incesante crecimiento totalmente insostenible desde el punto de vista social y energético, con costos sociales y económicos.

por Gonzalo Mardones - 16/03/2010 - La Tercera

Las ciudades chilenas están en crisis por falta de voluntad política. Crear ciudad es mucho más que tratar de resolver el tema de la vivienda "plantando" casas como si fueran hortalizas. Estamos creando ciudades monótonas, carentes de sentido, y con un antisistema que produce un incesante crecimiento totalmente insostenible desde el punto de vista social y energético, con costos económicos y sociales inconmensurables.

Esta fórmula, propia de la barbarie, requiere cada día más vías y redes de circulación, para inmediatamente colapsarlas y dejar que vuelvan a crecer, dando pasos a nuevas urbanizaciones propias de una falta de visión de la ciudad y su complejidad. El aumento de la delincuencia es una de sus consecuencias específicas. Lo propio de las ciudades chilenas en las últimas décadas ha sido crear guetos en donde el desamparo, el terror, la falta de parques y plazas han producido un sinsentido al cual se le debe poner un límite con la mayor urgencia.

A partir de la clara constatación de que este modelo de ciudad nos ha llevado -y nos seguirá llevando- a catástrofes, es urgente darle prioridad a la regeneración urbana a partir de la recuperación del espacio público. Las soluciones arquitectónicas deben poner el énfasis en la vida de la ciudad y en la necesaria interacción entre ésta y el espacio público.

Para la recuperación de los centros urbanos se deben estudiar las bases para, a través de concursos de arquitectura, lograr nuevos espacios de ciudad en donde se logre una continuidad de áreas residenciales y comerciales que interactúen. También es urgente la transformación de calles y plazas inspiradas en nuevos modelos que reconozcan la realidad geográfica de nuestras ciudades.

Por otra parte, es preciso reformular las leyes que gobiernan la ciudad. Las normativas vigentes no permiten un crecimiento que ponga el énfasis necesario en una ciudad con calidad espacial que sea capaz de salvaguardar el pasado, pero sin abandonar en ningún momento su apuesta de futuro y de innovación. Por el contrario, las leyes actuales han producido una expansión en donde los guetos unifuncionales generan soledad y vacío.

Las nuevas normativas deben apuntar a introducir el máximo de programas multifuncionales y variados que potencien la vida urbana. Así, uno de los errores más garrafales de las políticas de ciudad y de los planes de vivienda de las ultimas décadas es considerar la habitación como un programa aislado, separado de las obras que permiten el desarrollo coherente de la ciudad. Esto tiene un costo social enorme.

Hoy, ad portas del Bicentenario y en los inicios de un nuevo siglo y de un nuevo gobierno, hay que repensar nuestras ciudades a partir del rescate de sus elementos naturales. Pese al terremoto y sus réplicas, existe la posibilidad y el espacio para dar respuesta a una mejor forma de la relación arquitectura-naturaleza. Nuestra maravillosa geografia -con su paisaje, sus condiciones climáticas y sus rasgos típicos- debe dar cabida a una arquitectura de una "tradición moderna" que encuentre su inspiración principalmente en la mesura, el respeto por la obra divina, la calma, la elegancia material y la humildad (sabia consejera de esta reciente catástrofe).

Cada calle, cada plaza, cada parque, cada avenida requiere de una proporción y de una precisión arquitectónica. La ciudad requiere una figura urbana. La armonía, decían los griegos, no es otra cosa que la unificación de lo diverso. A eso debemos apuntar.


viernes, 5 de marzo de 2010

DECLARACIÓN PÚBLICA Soc. Geológica de Chile


Declaración Pública
Terremoto de Constitución 2010

La Sociedad Geológica de Chile, ante la situación generada por el terremoto y tsunami del sábado 27 de febrero 2010, declara lo siguiente:

(1) Lamentamos profundamente la pérdida de vidas humanas y los cuantiosos daños materiales producidos, los cuales afectaron a un sector importante de la población urbana y rural de la región centro-sur del país. Ante esta catástrofe, ponemos a disposición de instituciones públicas y privadas del país el conocimiento de nuestros asociados en los aspectos científicos y profesionales envueltos en la reparación de los daños y la prevención de eventuales nuevas situaciones de emergencia.

(2) Como especialistas en Ciencias de la Tierra, y conocedores de los procesos tectónicos asociados a terremotos y tsunamis, podemos asegurar que este gran terremoto (Mw=8,8) ha permitido liberar la mayor parte de la energía acumulada en este extenso segmento de la costa chilena. Por consiguiente, la ocurrencia de un evento sísmico de similares características en esa misma zona, es altamente improbable durante las próximas décadas.

(3) No obstante lo anterior, estimamos que en la zona del terremoto ocurrirán numerosas réplicas durante los próximos meses, las cuales irán decreciendo en magnitud y en frecuencia en el tiempo. Algunas de éstas podrían alcanzar magnitudes importantes, incluso superiores a 7, aunque en ningún caso similares al terremoto principal. Debido a ello, es necesario que autoridades y ciudadanía estén preparados para enfrentar problemas tales como el potencial colapso de infraestructura dañada o deslizamientos de terreno en zonas debilitadas.

(4) En los últimos años ha existido una creciente preocupación de las autoridades por dotar al país de una infraestructura apropiada para el monitoreo de volcanes, terremotos y riesgos asociados en el territorio nacional. El avance del conocimiento científico permite determinar las áreas del territorio más expuestas a estos fenómenos naturales e incluso estimar la magnitud de los sismos esperados. A pesar de ello, consideramos que tanto la comunidad científica como las autoridades deben hacer mayores esfuerzos en utilizar/transformar el conocimiento científico de base en la formulación de políticas públicas sólidas y oportunas. Como Sociedad Geológica de Chile nos ofrecemos para cooperar en esta importante tarea nacional.

(5) La mejor forma de estar informados y comprender los fenómenos naturales es la educación de base de toda la población nacional. Insistimos entonces en la urgente necesidad de incluir una asignatura de Geociencias en el currículo escolar, con especial énfasis en temas vinculados a los peligros geológicos.

(6) La devastación provocada por este terremoto, sumada a los efectos de otros fenómenos naturales recientes tales como el terremoto y tsunami de Aysén en 2007 y la erupción del volcán Chaitén en 2008, ha demostrado la necesidad de una mejor coordinación entre las autoridades, las dispersas agencias del estado, y la comunidad científica. Al respecto proponemos constituir una agencia nacional dependiente el Ministerio del Interior que convoque, en una instancia única a científicos, profesionales y técnicos con la capacidad de generar, comprender, interpretar y divulgar el conocimiento de base que permita, en conjunto con la autoridad, elaborar políticas públicas de largo plazo y los planes de contingencia correspondientes.


Sociedad Geológica de Chile
Colegio de Geólogos de Chile